El vino no es una simple bebida que se obtiene de la fermentación de determinadas frutas como la uva, es una verdadera pasión, un placer para ser degustado tanto en eventos sociales como para acompañar alimentos o simplemente para disfrutar su sabor. A fin de sacar el máximo provecho a todas las bondades y sutilezas de esta increíble bebida a continuación explicaremos las 5 reglas fundamentales que todo amante del vino debería conocer.
Las 5 reglas de oro para todos los amantes del vino
Como es natural nadie nace sabiendo. Desde manejar una simple bicicleta hasta construir edificios todos han debido de aprender estas cosas para lograrlo y lo mismo sucede con el vino. Incluso los llamados expertos en vino también debieron conocer los siguientes aspectos elementales:
El gusto de los vinos es subjetivo
Así es, si a usted le gusta algún vino pues simplemente le gusta y nadie puede intentar convencerlo de lo contrario. De la misma manera si a usted no le gusta algún vino nadie debería intentar persuadirlo de que por el simple hecho de venir de cierta bodega o por ser elaborado por tal enólogo por eso a usted le debería gustar. El gusto por el vino es completamente subjetivo, variable de un individuo a otro y no existen reglas sobre lo que le debería de gustar a todos.
El mejor vino no es necesariamente el más costoso
Aunque es cierto que existe gran cantidad de vinos con una excelente relación calidad precio, el mejor vino siempre será el que más les guste. El que un vino cueste el doble, eso no garantiza que sea dos veces más bueno que otros vinos, que pueden ser más baratos, y, sin embargo, en su gama son excelentes y nos aportan una excelente experiencia.
El gusto por el vino puede variar según el momento
Tal como el gusto por un vino varía de persona a persona también puede variar en función de la misma persona según el momento. Por ejemplo, dependiendo del estado de ánimo, la hora del día, la compañía que tenga, la comida… Puede haber una selección distinta del vino en cuestión. No existen reglas al respecto, no existe un vino absolutamente bueno para todo momento, siempre es relativo.
Existen contextos en los cuales determinados vinos pueden ser el perfecto acompañante, pero en otra ocasión ya no lo es. Lo mejor es adquirir una vinoteca en oferta, y tener una variedad de vinos que nos permitan estar preparados para todo momento.
Hay que probar distintos vinos
La única forma de aprender sobre vinos es probando. Probar, probar, probar… así son las reglas. No existe ningún atajo para ello, siempre con medida y mesura por supuesto. Si siempre optamos por tomar el mismo tipo de vino, la misma marca o cepa va a ser muy difícil volvernos un experto en materia de vino ya que no salimos siempre del mismo círculo. Así que lo mejor es aventurar, probar distintas botellas, seguir la pauta de prueba y error e iremos perfeccionando el paladar.
La temperatura de consumo es imprescindible
Quizás una de las reglas más importantes. Aunque es indiscutible que cada persona puede elegir cómo disfrutar de un buen vino, existen ciertos factores técnicos con relación a la temperatura que pueden impactar para bien o para mal en la percepción cabal de un vino.
Si ingerimos un vino servido a una temperatura por debajo de los 6°C probablemente perderíamos gran parte de su sabor ya que las papilas gustativas se adormecerían haciéndolas incapaces de sentir los aromas y particularidades del vino en cuestión. Por otra parte, si lo bebemos por encima de 20ºC predominará en el vino el olor a alcohol por lo que saboreamos una sopa etílica.
En resumidas cuentas, si se bebe excesivamente frío se adormece nuestra lengua impidiéndonos saborear los gustos del vino. Por otra parte, si lo bebemos caliente es decir a 20ºC o más, la percepción sobre él se volvería muy alcohólico dejando una sensación que quema, ocultando las particularidades del vino. De allí lo vital de mantener la temperatura adecuada, y una vinoteca 24 botellas puede ser una de las reglas que necesitamos a fin de garantizar una percepción cabal del vino.